Nuestro Estado Cojedes

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lunes, 22 de noviembre de 2010

LA NIÑA DE LOS FÓSFOROS (HANS CRHISTIAN ANDERSEN)


La niña de los fósforos
Por Hans Christian Andersen
¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña. 

Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!

Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría. 

Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".

Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante. 

-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!

Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.

Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.

-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien. 

Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.

sábado, 3 de abril de 2010

Galería de Artistas Plásticos Venezolanos



Nace en Caracas, Venezuela un 8 de Septiembre.

        Pintora Venezolana de Arte Popular, ha realizado Exposiciones Nacionales e Internacionales, acreedora de Menciones Honorificas por distintas instituciones, como el Museo Sacro, Museo Caracas entre otros. En 1990 obtuvo el Segundo Premio: Salon de Pintura y Talla de los Valles del Tuy; en 1996 obtiene el Primer Premio: Salon de Arte Popular 50 años de la Fuerza Armada Venezolana; en el 2004 fue seleccionada y premiada por el Museo Naif de Lauro, Avelino en Italia.

      Vidalia Gonzalez creadora popular, espontaneamente muestra un universo de cosas, ideas, virtudes, sentimientos y vivencias. Cada obra es un lienzo vivo que refleja su alma artistica.

      Las obras de Vidalia Gonzalez se hacen sentir por su calidad, labrandose un puesto entre los Autores del Arte Popular. Sus obras son historias y episodios descritos a traves de sus pinceles. Se recrea en la imaginacion de cada espectador que admira sus cuadros sumergiendose en cada obra, viviendola como si fuera uno de sus personajes. La estructura de las obras, de las imagenes, de los lugares y sus ordenes obedece a una valorizacion de cada personaje y de cada objeto en la composicion para asi resaltar la importancia del Arte Popular y su repercusion en el ambito tanto del cuadro como del espectador. El hecho de tener una regla subjetiva y variada en cada cuadro en un hacerse flexible y notoria, provoca un entramado que describe no solo una figura sino tambien la importancia de dicha figura que hace posible su contenido artistico. Son imagenes que se encargan de su propia identidad, donde la mirada tiene que penetrar para comprenderla y extasiarse.

      Sus obras de vibrante armonia, tratan de recuperar el interior de nuestra Venezuela, haciendonos recordar dulces y gratos recuerdos del contacto directo con la naturaleza.




Edgar Vegas
Nace en Caracas un 7 de Agosto.

         Ha recibido Premios y Reconocimientos a lo largo de su vida artistica. Ha impartido talleres de dibujo y pintura para niños. Representado en instituciones como Museo Popular de Petare, Museo Sacro de Caracas, Universidad Pontificia Saleciana de Roma, Italia, Museo de Lauro, Avelino en Italia, entre otras.

         El pintar lo anecdótico es la característica más importante de la temática de las obras de Edgar Vegas, matizada por situaciones religiosas, folkloricas, ecologicas y jocosas, lo cual se refleja en un lenguaje pictorico rico en detalles compositivos, dichos recursos son utilizados para resaltar la autenticidad de los tópicos. Describe sentimientos de fervor, felicidad y dolor relacionandolos con los distintos momentos de la vida diaria del hombre y la mujer.

        El valor de su obra como artista popular ha sido motivo de muchas reflexiones, la riqueza de detalles en las composiciones deja ver distintos lugares y figuras, gracias a las cuales se narra una anécdota completa del hecho plasmado y nos permite pensar en las mediaciones de lo folklorico y lo popular.


jueves, 1 de abril de 2010

POEMAS DE MHARIA VAZQUEZ BENARROCH






PERSPICACIA DEL DOLOR

vivir es irreal
son muy pocas las cosas
que pueden ser rescatadas de tu ausencia

de este horror
de no ser yo misma.



HAYKU DE LA SOLEDAD

como en un largo escalofrío
te llevo
cumplido a golpes
en las sílabas de este grito.


MECÁNICA CELESTE


siento
y no quiero olvidarlo
la noche espléndida tras la persiana
la quietud mansa de tu pelo negrísimo
esta lluvia como cielo duro que cae envolviéndonos
mientras te oigo debajo de mí
y regreso a tu corazón salvaje
decidido a latir
            en la curvatura dulce de mi cuerpo
que despierta


Quince - (Poema de Luis Alberto Crespo )



Ya son las doce mi exasperada
Hay una pequeña desgracia allá afuera
entre nosotros y el fin
Repite la sílaba única
la que ensombrece lo que siempre fue purpúreo
El alma
en el mundo quema
es desierto
Y no hay más boca para su sed

Poema A Quien Pueda Interesar (Luis Alberto Angulo)



Hago constar que no la conocí en forma alguna
ni ahora ni en otra de sus vidas y reencarnaciones
ignoro si alguna vez comí un muslo suyo de gallina
si bebí leche en una ubre vacuna de su propiedad o
acaricié sin saber su pelambre de gata del tejado
quien suscribe en perfecto estado de salud
a duras penas
hace conocer su decisión de alimentarse por ahora
con flores del desierto solamente

viernes, 26 de marzo de 2010

ESTACIONADOS EN LA VANGUARDIA DEL PENSAMIENTO (YENNY MORALES)


                  Estacionados  en la  vanguardia  del pensamiento.
        “¿Qué  cosa es  ser nuevo?- se dicen desesperadamente- ¿Por  qué ha  de haber novedad en el  arte, que  es  eterno; en la  sensibilidad, que está siempre hecha de  los  mismos sentidos, de  los mismos nervios?…”
                                                    Jorge Mañach.
Yenny Morales y Aurymar Grnadillo
           
Se dice, que lo  moderno es  algo inherente del  siglo XX, las  distintas propuestas  literarias que  surgen en  sus inicios en Latinoamérica necesitan ser estudiadas como un fenómeno genuinamente  americano “en  relación con las  condiciones propias en  que  nuestras  sociedades viven la  crisis y los  cambios  generales del mundo  contemporáneo”.  Al  igual  que el  Modernismo, la  Vanguardia en  Latinoamérica supone  un  espíritu de renovación,  aunque  de  espectro mucho  más amplio,  gestado en un ambiente  de experimentación mucho  más  agresivo; por  consecuencias del  conflicto  mundial de  1914 que  fueron negativas a  los dos  lados  del  océano.
            América  Latina quedaba subordinada a  los  grandes  monopolios económicos norteamericanos. En el  caso cubano, como  Paraguay, Bolivia, o  Ecuador la  falta  de  desarrollo industrial  facilita el estancamiento de  sus  economías. Este proceso se complementa con el nacimiento de  una  oposición antioligárquica  que  fortalece la presencia de las  clases medias y  el proletariado.
Todo esto conduce a  una  situación de  cuestionamiento ideológico  que  transforma la  vida económica social y  cultural del  continente. Por  esta razón, El «vanguardismo, no  sirvió  únicamente  para inventar aeroplanos, telégrafos, modernas civilizaciones, sino para dar un toque de queda estético y dar la lección histórica de que cuando las relaciones entre literatura y revolución no se hacen consecuentes, se degenera en un caos político y artístico.  La vanguardia en Guillén existe en la medida en que su verso es ruptura y fundación, voluntad de estilo y rebelde del carácter nacional.  El tratar de encontrar una expresión poética nacional con una nueva actitud ante la lengua, esa es la vanguardia cierta de Nicolás Guillén, la que implica revolución estilística, literaria y social.
Ante esta realidad, Guillén escogió la resistencia y trajo a la literatura la lengua de los bozales. Todos sabemos que desistió del romántico empeño y moldeó entonces como nadie, la lengua de los vencedores. En aquel momento, los «civilizados» lo señalaron con el dedo, lo acusaron de «bárbaro», sin percatarse de que los Motivos desencadenaban en la nación un decisivo y sintomático combate entre los «letrados artificiales» (los «falsos eruditos») y «el hombre natural».
Nicolás  Guillén centro  su ideología antioligarca  en  todas sus  obras,  fue un luchador  social a  través  de  las   armas como la pluma y la  palabra ; no es  de negar,  que el  autor fue  un revolucionario intelectual,  que participó  en  el  II encuentro de  intelectuales antifascistas, visito  los  frentes de  batalla, hizo entrevistas a los  españoles  leales,  dictó conferencias  y  recitales donde el  carácter  de su  poesía que por  un lado aparece  la  marca  rítmica  del  son afrocubano, y por  otro  es  patente el  compromiso político con la izquierda  revolucionaria.
La denuncia de Guillén coincidía con los postulados de la  Vanguardia y  dicha  denuncia iba a  recrudecerse mediante el  mensaje  antiimpealista  que ponía en  tela  de  juicio la  subordinación cubana a  los intereses norteamericanos. En  cantos para  soldados y  sones para  turistas, de  1937, se  apelaba a  los soldados estadounidenses y a  su  condición humana que desatendía la  situación del otro:

¿Quién eres? ¿A quién buscas? Saco  mi  voz y digo:
Uno a  quien el  que cuidas, pan y  tierra suprime.
Ando  en pos de un soldado que  quiera  ser mi amigo.

Denuncia  social y  rechazo del  imperialismo norteamericano convergían, de  este modo, en el mundo  que la  modernidad venía gestando, el mundo de los  avances de la   burguesía que condenaba a  las  nacientes repúblicas a un estado de  sumisión absoluta. Y  esa  queja general contra  la  injusticia, la  desigualdad y la denigración, era  la que presidía el  canto  de  Guillén.
Ahora bien,  esta  lucha  ideológica  de izquierda a  venido transcurriendo en la  humanidad desde tiempos  remotos, haciendo  un  recorrido  por  la  revolución emprendida por  Jesucristo contra los  romanos, la  revolución francesa, la  revolución rusa, la  revolución  china, la  revolución mexicana, la  revolución cubana y  ahora  en  nuestro país la  revolución bolivariana; con  el  mismo pensamiento antioligarca,  antiimperialista.
Algunos  países han logrado salir  a  flote, en éste  caso  los países europeos sobrevivieron a las injusticias oligarcas  y  hoy día,  son países  desarrollados, esa transformación de  pensamiento y de  lucha fue hecha  por  el  hombre, el  ciudadano con  sentido  de  pertenencia y  verdaderamente libre de  toda atadura. La  cultura no  puede  estar  ajena  a la política y viceversa, si  se  quiere  lograr un verdadero  cambio  en las  naciones  americanas, pues  es  de  reconocer  el  estancamiento en  países como Cuba,  México y el resto de  los países americanos que  se encuentran abatidos  por  el gran monstruo de los Estados  Unidos y  conscientes de los  desbarajustes de este imperio seguimos  estacionados en la  vanguardia del pensamiento de  Guillén, de  Ernesto  Cardenal, del Valera Mora, de  Ali primera y otros ideólogos revolucionarios que  con el  arma  de  la escritura han querido  abrir  los ojos del pueblo americano,  enrejado en la  cárcel norteamericana.
El  pensamiento  revolucionario  debe  estar ligado  a la acción, que  los hechos  hablen por  si  solos, y  las  calles estén llenas de  libres pensadores para que  el imperialismo  sienta un verdadero batallón lleno de  soldados en igualdad de  condiciones. Mientras  todo  siga  estacionado en ideología seguiremos siendo presa fácil para los  países  desarrollados. Mientras  los  soldados sigan  cuidando al  que  esta  cuidado y  no  al pueblo que  se  suprime, seguiremos inmóviles  en  busca de un  soldado que  quiera  ser nuestro  amigo.
Bajo  estas tensiones que van de  siglo  en siglo y detrás de  los  barrotes de la cárcel norteamericana les  digo: it´s  time to  change!
Yenny Morales- C.I: 10.992.121.

domingo, 28 de febrero de 2010

El instante de la escritura

“Si el deseo de escribir es la constelación de unas cuantas figuras obstinadas, al escritor sólo le resta una actividad de variación y de combinación: nunca hay creadores, sólo combinadores, y la literatura es semejante a la nave de Argos: la nave de Argos no comportaba—en su larga historia—ninguna creación, sino sólo combinaciones; a pesar de estar obligada a una función inmóvil, cada pieza se renovaba infinitamente, sin que el conjunto dejara de ser la nave Argos”.
Roland Barthes, El grado cero de la escritura
Carlos YUSTI
Alonso Quijano es un lector compulsivo. A todo buen y gran lector (como es lógico) le asalta la tentación de escribir, pero no todos los grandes lectores cruzan la línea y se enfrentan a la hoja en blanco. Don Quijote expone, o más bien Cervantes, expone las razones por la cuales no escribe: “...y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma, y darle fin al pie de la letra como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran”.
Tanto escritores grandes o pequeños se han visto zarandeados por la burla y el ninguneo de sus contemporáneos. El escritor Antón Chéjov le escribe (Moscú, 28 de marzo de 1886) a Dmitri V. Grigoróvich: “Todas las personas cercanas a mí siempre han menospreciado mi actividad de escritor y no han cesado de aconsejarme amistosamente que no cambiara mi ocupación actual por la de escritor. Tengo en Moscú cientos de conocidos, entre ellos dos decenas que escriben, y no puedo recordar ni a uno solo que haya visto en mí a un artista. En Moscú existe el llamado ‘círculo literario’. Talentos y mediocridades de cualquier pelaje y edad se reúnen una vez por semana en el reservado de un restaurante y dan rienda suelta a sus lenguas. Si fuera allí y les leyera una parte de su carta, se reirían de mí. Tras cinco años de deambular por los periódicos he logrado compenetrarme con esa opinión general de mi insignificancia literaria”.
No es por casualidad ni por prurito que el buen lector aplaza el momento de la escritura, ese momento de un encuentro de amor-odio con las palabras. No hay fórmulas para escribir, quizá existan algunos trucos, la consabida carpintería del oficio, pero a fin de cuentas todo escritor está un poco solo tratando de sacarle un brillo especial a esa hojalata de todos los días del lenguaje.
Los grandes escritores también han sido grandes correctores de sus libros. James Joyce realizó más de veinte mil correcciones nuevas a las galeradas finales del Ulises. Stendhal sometió a implacables y profusas correcciones a La cartuja de Parma. El más desquiciado corrector de sus libros fue sin duda Balzac y en una ocasión escribió: “Algunas veces una sola frase ocupaba toda la velada: la retorcía, la amasaba y la forma necesaria, absoluta, no se presentaba sino después de agotarse todas las formas aproximadas”. El torturado por excelencia con eso de la escritura fue Flaubert.
Pero la tentación de escribir no sólo asalta a despaginados lectores, sino que figuras de rock. Modelos, músicos, deportistas y demás grey de la farándula mediática cuenta en algunas entrevistas sus deseos de haber sido escritores. Groucho Marx aspiraba ser recordado más por los pocos libros escritos que por sus películas. Los ejemplos en este sentido abundan.
Aplazar el instante de la escritura está sujeto a muchos prejuicios. Si se te ocurre decir que escribes, familiares, amigos y conocidos buscan los argumentos más feroces para que desistas de ese “capricho” por convertirte en autor. Emil Cioran, el huraño filósofo rumano, por su parte crítica a uno de sus amigos que, apartado en un pueblo de provincia, le escribe su intención de escribir un libro, y Cioran escribe en una especie de carta: “Siempre había creído, querido amigo, que, enamorado de su provincia, ejercitaba allí el desapego, el desprecio y el silencio. ¡Cuál no sería mi sorpresa al oírles decir que preparaba un libro! Instantáneamente, vi dibujarse en usted un futuro monstruoso: el autor en que se va a convertir. ‘Otro que se pierde’, pensé”. Renglón seguido Cioran pasa a despotricar del mundo literario, especie de infierno lleno de artificio y veneno, en el cual el único tema de conversación son los libros. A los literatos los califica de indiscretos desvergonzados.
A pesar de los consejos y las recomendaciones uno se empeña en confrontar/enfrentarse a la hoja (o la pantalla de la computadora) en sana blancura.
Después que uno se ha embarcado en esa nave de Argos que es la escritura  hay que corregir mucho, romper y atestar la papelera con hojas desechadas para no naufragar durante la travesía plena de peligros e incógnitas. Aunque eso del peligro es ya literatura por aquello escrito por George Steiner: “El intelectual, el mandarín universitario, la rata de biblioteca, no suele formarse en la valentía”.

domingo, 14 de febrero de 2010

Cuentos de Los Malabares. (Samuel Omar Sánchez-Cojedes)

EL  AHORCADO  DEL  CANAL
Esto le sucedió a un personaje de la barriada Los
Malabares. Su nombre era José Domingo Míreles,
(cotejo o mingo), el hijo de la señora Aleja de Mireles y
Don Jorge Mireles, ambos fallecidos.
Quien no conoció al Mingo, tan pintoresco como
él no hay, muy servicial con la gente y amigo de los
amigos, así era. Como corría… en la barriada nadie
le ganaba corriendo los 100 metros planos, él era
rematador del equipo de atletismo de la Escuela “Iginio
Morales”, y muchas victorias lograron bajo la tutela del
entrenador  Reyes Franco,
El Mingo, era un deportista, le gustaba el atletismo,
el fútbol, el béisbol y hasta el ciclismo, después con el
paso del tiempo dejó de practicar cualquier deporte.
Siempre andaba con sus hermanos: El negro, El
baby y El chingo, se iban a tomar a cualquier botiquín
y si tenia patio de bolas mejor,  porque eran buenos
jugadores. Mingo era buen bochador y  arrimador,
cómo peleaba el carajo… se fajaba a puño limpio con
cualquiera y si estaban jodiendo a algún amigo o
conocido de la barriada Los Malabares, lo defendía, por
eso era amigo de los amigos.
En una de esas correrías de Mingo, salió con sus
hermanos a tomar unas cervezas y divertirse, anduvieron
por el 23 de Enero, Las Tejitas, Las Lajitas y remataron
en el Aeropuerto.  Estaban en el bar “Tu y Yo”. A eso de
la 1 de la mañana, dice El chingo: “hermanos vámonos”,
le responde El mingo, con su gageo característico, “mi-
re-mi-ji-tos  si  qui-eren, se van us-te-des, pero yo me quedo
aquí un rato más”, y se daba palmadas en los bolsillos,
diciendo aquí tengo plata para seguir tomando, los tres
hermanos trataron de convencerlo y nada.
Se despidieron de él, “Mingo, ten cuidado al llegar
los mangos del canal, tu sabes que allí asustan”, responde
Mingo, “no mijo, a mí no me asustan esos cuentos”.
Se vinieron los hermanos y Mingo se quedó tomando
con otras personas que estaban allí. Aproximadamente
a la 1 y media de la madrugada, cuando decide venirse
para la casa en Los Malabares, venía más prendido que
arbolito de navidad.
Al llegar a la casa de los Quiñones, Mingo se
recordó de lo que le habían dicho sus hermanos, sintió
un poco de miedo y más al cruzar, ver los palos de
mango que estaban en frente del canal, nada más al
pensar que tenía que pasar por el pequeño puente, se le
erizaba la piel.
En ese instante se oye el ave nocturna que le
dicen el “chupa hueso”, que es de mal agüero, dice la
creencia anuncia muerte. Ahí Mingo si se asustó, en ese
momento la luna se esconde detrás de unas nubes y la
noche se puso sombría, metía miedo.
Aparece una fuerte brisa que mueve las ramas de
las matas de mango, era tan fría que Mingo sintió que
se le helaba todo el cuerpo, los pelos del cuerpo se le
erizaron, parecía un gallo grifo espelucado y empezó a
titiritar de frío.
En ese momento ve una sombra en una de las ramas
que se movía entre los palos, alcanza a ver que era como
un enano y el rabo era una cola, era de color negro, era
peludo pero en su cabeza resaltaban dos orejas largas
puntiaguda, era como un vampiro, y Mingo se asusta
al ver ese espanto.

 
Siente el latido de un perro, voltea para todos lados
a ver de donde salió y cuando mira ahí si se chorrea del
miedo, vio aparecer un hombre colgado de un mecate,
que se movía entre las ramas, le alcanza a ver la lengua
que le salía como una corbata y le llegaba hasta el suelo.
Mingo está como se dice cagado de miedo, tanto fue
que hasta se orinó en los pantalones, tartamudeaba
diciendo  Dio-si-to, sál-vame de-este espan-to, que-estoy
muerto de mie-do.
Da un mal paso y cae al canal y para buena suerte
de Mingo, no cae para el lado de la chorrera, si no para
el otro lado.

 
Ahí si la rasca se le quita al pobre Mingo, como pudo
salio del canal y aún estaba el ahorcado en el mismo
sitio, trató de correr y las piernas no le respondieron,
estaba como clavado en el suelo, el aire se impregno
de azufre.


El miedo lo agarró por completo, ya la rasca
no la tenía, intentó rezar pero no pudo, ni siquiera un

carro pasaba por ahí, la noche de verdad metía miedo,
el enano empezó a reírse, justamente son las 2 de la
mañana y se oye el primer canto del gallo: Tres veces
cantó. Ahí vuelve a aparecer una fuerte brisa y cuando
ve el Mingo, los espantos habían desaparecido, hasta del
olor del azufre no quedaba nada.

 
Como pudo se levantó del suelo, se persignó y
les dio las gracias a Dios y al gallo, porque lo habían
salvado de ese espanto, sino quien sabe lo que le hubiera
pasado. Entonces le volvió el color a la cara, porque
estaba pálido por el miedo y hasta los pelos de la cabeza
ya no los tenía, agarró fuerza y pegó una carrera hasta
que llegó a su casa.
Aún estaba asustado y no podía abrir la puerta de
la vivienda, en ese momento se levanta Doña Aleja, le
abre la puerta y le pregunta ¿Qué te pasó?, el responde,
“Mamá, me acaba de salir el ahorcado del canal”.
Así se corrió por toda la barriada Los Malabares, de
cómo asustó a Mingo el ahorcado del canal, ese mismo
espanto que a más de uno le ha salido.

(Tomado del libro: Cuentos de los Malabares, publicado por la Imprenta Regional Cojedes en 2009) 

Préstame tu linterna Ramón Villegas Izquiel


 Cortesía del escritor y cronista cojedeño, José Antonio Borjas.

El día de  hoy, comentaré sobre el Ensayo del poeta cojedeño Miguel Pérez, que desde las raíces de su ser va entrando paulatinamente en la vida de un pueblo que duerme en la plenitud de los siglos: "que se yergue en la confluencia de dos aguas/que vienen de lejanas aventuras/ unidas por las sabias coberturas/forjadas en el horno de sus fraguas. 


Ramón Villegas, bauleño (1920), docente; que ha recorrido todas las escalas del magisterio, desde maestro rural en Arismendi hasta jefe de la Zona Educativa del Estado Cojedes, escritor y poeta (Panegírico de mi Pueblo y el pianito de Marialina), este es el personaje que Miguel Pérez analiza y dedicó este Ensayo. Así se explica: "Primero supe de la existencia de este pueblo (EL Baúl) allá; en las orillas del Matiyure, por la mención de algunos de mis paisanos, un recuento de algunas de sus travesías o lo mas probable, Villegas Izquiel, ò por algunas de esas canciones de Jesús Moreno y  Francisco Montoya. 
Después vinieron hasta mi las palabras de los libros, el trato con nativos que cruzaron muy a su pesar las fronteras de este pueblo, copleros unos, arpistas y escritores otros. Hasta que por fin, un buen día, en compañía de José RÍOS  y el musiù Juan Pérez Rodríguez pisé la calle Los Placeres... contemplé por primera vez el río (el río de mi obsesión de José Antonia Borjas), ese río que llevamos por dentro y aparece -porque así lo escribió el arismendeño Adhely Rivero:

Cuando lo deseamos". "Si estimado poeta, tu conociste el pueblo en plena creación literaria, yo nací en sus riberas, en una cara de la calle Bolívar, junto al río, que lame las raíces de un tamarindo centenario y al lado del viejo malecón de las pescas juveniles, veinte años crucé por sus contornos, comencé mi aprendizaje que no he terminado todavía. "Es de calles muy largas y tendidas/con ángulo de río en sus entrañas/con cerros que le peinan sus pestañas/en las noches de luna amanecidas... "'ya me había honrado la amistad  de Ramón Villegas.

Ya me había leído todo lo que habías escrito tu, Virgilio Tosta, Pedrañez Trejo y José Antonio Borjas, acerca de El Baúl ya conocía de vista y trato a Hilda Vera de Cancines, sus hijos .engendrados por Silvio Cancines. Ya sabía yo de Cándido Herrera, Amado Lovera, y Lionso Vera, en su doble vertiente, de arpista e intérprete del paisaje: Reynaldo Armas, a manera de elogio que agradecemos, pide en su canción dedicada a El Baúl, que lo escuchen cantar, Mujer piriteña y Tardecita de El Baúl. Yo conocía algunas letras de Ángel Zapata y las faenas de José Mileno.. Yo conocía las proezas de Antonio Sosa Mejías, devoto del Ruiseñor de Atamaica- que podemos concentrar en la manera como él solo nos interpreta "Omaira", de lo que me convencieron los arpistas Lovera y Freddy Cancine. Referencias de los que mentaban Juan Moreno, Prisco Sulbarán y el Indio Zapata el primer animador de parrandas, padrote del contrapunteo y los otros dos, afamados arpistas de la llanura sin par... como también del tocador y hacedor de arpas Don Juan Carrillo... (Carmelo Zapata, fue de los músicos del maestro Bello, con pasantía del Conjunto Camaguán de Rafael Rojas y Valentín Carrucí) Ya conocía la brega de Amílcar Alejo, bauleño (n.l963) con el colorido de estos paisajes, desde el lienzo y el óleo. "Amílcar Alejo es uno de los mas destacados artistas plásticos del Estado; además, es uno de los pocos que siempre ha mantenido una seria preocupación por la actitud del artista ante el objeto de su actividad, ante la orientación de su arte" escribió una vez Eduardo Mariño. Actualmente Alejo es Director del Museo La Blanquera. 
Así se va el Ensayista por los caminos del folklore, de la música llanera, de sus arpistas mas famosos, de los cantantes de voz recia que retumban mas allá de San Miguel, o del Cerro del Calvario y del llano donde nace la copla mañanera. Se inicia esta pléyade arpistas que se han hecho grande en toda Venezuela, comenzando por Silvio Cancine, el Maestro de Las Queseras y la de sus hijos que han seguido sus huellas. (De Las Queseras/a El Baúl pasando por la/Regina, el cielo se ha puesto azul/desafiando la neblina... Miguel nos recuerda personajes de la historia, nacidos en El Baúl, que pusieron muy en alto el gentilicio bauleño, entre ellos Francisco Valbuena, Director de la Escuela de Varones de El Baúl, pedagogo, colaborador de  El Tribuno (El Baúl 1984). Rafael Silva (Lino Sutil) nacido aquí, poeta, narrador, columnista del Cojo Ilustrado, colaborador de El Universal por 40 años. Querido Villegas: Este año (2008) se cumplen 14 años de tu muerte y 28 de tu nombramiento de Cronista de  El Baúl, de tu celebrado discurso en verso: Penegirico de mi Pueblo en la Plaza Bolívar de tu pueblo, que nos recuerda a "Valencia la de Venezuela" de José Rafael Pocaterra. José Antonio Borjas (1927) Cronista de la Ciudad de San Carlos, Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia e Hijo Ilustre del Baúl, me quedo de sus poemarios con "El Río de Mi Obsesión'(1989) y "Personajes Populares de mi Pueblo" (1934). Este último es un derroché de ingenio, creatividad y memoria. Se lee sin dificultad y palpita en este libro seres de los que- casi nadie se ocupa o se recuerda".
Gracias poeta por el recuerdo, por el río que ha sido la obsesión de mi vida y los personajes que he puesto a caminar por esas calles largas y sin prisa. Gracias estimado amigo por los recuerdo de mi pueblo, que son un libro abierto en el corazón de las ideas.  Así es  El Baúl y así le canto: Es de gente tranquila, empecinada/pescadores de fresca madrugada/labriegos del arado vespertino/Poetas sembradores de  luceros/garzas que van oteando los esteros /en el fresco reflejo del camino…

miércoles, 10 de febrero de 2010

Poema de Yenny Morales (Cojedes)

Un  orgasmo  y  marcharte
son la  misma cosa
podría decir  que  es  una  sinonimia
o una  hiperonimia
de  la  palabra  amante
pero dentro  de  la  semántica del  amor
éstas  son  sensaciones distintas
entonces  hablemos  de una  antonimia
o  una  antítesis...
yo  me  entiendo
y  tú  lo  sabes.

sábado, 23 de enero de 2010

¿Año Bicentenario o Período Bicentenario? ¿Tiempo para el conocimiento o la ignorancia?

El 2010 y años posteriores son parte de una cronología de trascendentes hechos históricos, los cuales al llamarlos “Año Bicentenario” (supongo que por alusión al 19 de abril de 1810), limitan fehaciente el contexto y evolución geo-histórica de un conjunto de situaciones políticas, sociales y militares, las cuales incluso antes de 1810 con los movimientos revolucionarios de esclavos, negros y mestizos dirigidos por José Leonardo Chirino y José Caridad González (1795), la sublevación de Manuel Gual y José María España (1797), o el desembarco en costas venezolanas del “Quijote sin locura”, como una vez llamara Napoleón Bonaparte a Francisco de Miranda, a bordo del “Leander” (1806) en búsqueda de la independencia venezolana, e incluso la lucha clandestina y comunicacional de la época que iniciara el propio Miranda con el periódico “El Colombiano” como pionero contra las huestes españolas que sometían a nuestros pueblos, sin duda, fueron escenarios de batallas tanto físicas como de pensamiento que tendrían un marcado impacto sobre los sucesos derivados en las acciones pre y pos-independentistas de 1810.

El período bicentenario debería comenzar por generar profundas reflexiones sobre el tipo de aprendizaje pedagógico y andragógico que reciben los estudiantes en relación con la Historia de Venezuela, el cual en muchos casos, se encuentra muy limitado, no sólo por la escasa y confusa difusión de los contenidos en términos de interpretación histórica, sino por el desinterés que muestran los estudiantes, especialmente los adolescentes, (y peor aún docentes), tal vez no por la narrativa histórica en concreto, sino por la desidia y el abandono en la práctica de la lectura. Igualmente, esta divulgación debe ser extendida a través de todos los escenarios de la vida académica y laboral, en donde los institutos educativos, de manera conjunta con la radio, la televisión e Internet; en vez de convertirse en elementos distorsionadores de la información, sean instrumentos de equilibrio y objetividad en la discusión de los hechos históricos, sobre todo lo relacionado con las luchas inequívocas libradas por nuestros antepasados en contra del imperialismo español y las oligarquías criollas, quienes sometieron al pueblo al destierro y la incautación de sus tierras; realidad que todavía sigue plasmada en la evolución de la historia venezolana, y que hoy algunos pretenden tergiversar con señalamientos que no resisten ninguna investigación documental.

Sobre el escaso interés por la lectura, especialmente por los libros de Historia de Venezuela, damos la bienvenida al Período Bicentenario con el agravante que las bibliotecas escolares y de sala, tanto en escuelas, liceos y universidades (oficiales como privados), se encuentran sin potenciales lectores, y quienes se atreven a visitarlas sólo lo realizan por investigaciones propias sobre un tema determinado con exclusivo interés por el cumplimiento de un trabajo o una asignación académica; mientras irónicamente, conseguimos los “cibers” o “salas de navegación” repletos de estudiantes, la mayoría utilizando la internet y no precisamente para la lectura sino para otras actividades orientadas con sus intereses a través del “chateo”, el “facebook” y, la práctica de videojuegos (por lo general de corte violento). En este sentido, esperamos que las “investigaciones” que los profesores(as) asignen a sus estudiantes con motivo del Período Bicentenario no se conviertan en una infeliz acción de “cortar y pegar” con bonitas impresiones, pero nulas en el análisis, la interpretación y la conclusión socio-histórica pertinente.

Estamos en tiempos de conocimiento o ignorancia. Construir espacios para lograr objetivos análisis históricos requiere de la escritura de ensayos, la dramatización del teatro, la vocalización de la poesía de lucha, el escudriñamiento de los libros como “Venezuela Heroica” de Eduardo Blanco, la visita a los museos y sitios de interés geo-históricos, y la voluntad educativa por parte de docentes realmente comprometidos para explicar a nuestros niños y jóvenes, la importancia y el compromiso de formación que heredamos de los próceres en los valores de libertad, igualdad y de pensamiento bolivariano.
Por: Javier Antonio Vivas Santana

jueves, 21 de enero de 2010

¡Mosca todo el mundo! Promueven el sabotaje eléctrico desde Noticiero Digital


Basta ir a un buscador en Internet y realizar una consulta relacionada con la situación del ahorro eléctrico en nuestro país para que probablemente pueda toparse con un llamado a boicotear los planes de contingencia energética en el país, promovido desde Noticiero Digital. Sí, Noticiero Digital, el mismo sitio web donde ya se han conocido propuestas de planes de desestabilización y llamado a "ataques" contra algunas personas relacionadas con el proceso revolucionario. Al menos en la encuesta realizada en el mismo tema, se muestran algunas personas conscientes y que no están de acuerdo con esta práctica ilegal.
La dirección web de este tema en ND, que además estuvo un tiempo en su portada, es la siguiente: http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=618404. Adicionalmente les dejamos junto a esta nota una captura de pantalla de los comentarios iniciales del tema.
Esperamos que la Fiscalía y el CICPC hagan lo propio y echen manos al asunto y no queden impunes quienes atentan contra la seguridad de la nación.

domingo, 17 de enero de 2010

Año Bicentenario y Segunda Campaña Admirable

En este año 2010 se cumple el Segundo Aniversario de la Proclamación de Independencia de Nuestra República, son doscientos años, parecieran muchos y aun no hemos consolidado esa meta, pero es muy poco lo que nos falta para consolidar nuestra verdadera independencia si acompañamos a Nuestro Líder Presidente en esta segunda Campaña Admirable a la que nos está convocando.

Desde la trinchera en que cada uno de nosotros tiene planteada la lucha tiene que ser ADMIRABLE, pero de verdad- verdad, dejemos a un lado las apetencias personales y acompañemos como debe ser al que hoy día nos guía, sí somos un sencillo militante del proceso podemos ayudar mucho y ser realmente ADMIRABLES por que estamos en la lucha cotidiana, que nos permite saber de que pata cojea el proceso, pero si es usted un Diputado, legisle con más eficiencia que en el 2009 y sí lo es del Consejo Legislativo Regional aplique el parlamentarismo de calle, no haga como los del Estado Aragua en donde están secuestrado por el Mandatario Regional, quien además tiene secuestrado al PSUV, sean ADMIRABLES el pueblo aragüeño se los reclama hoy. Es usted un súper ministro, demuéstrelo, sea ADMIRABLE en su gestión y políticamente no deje que el proceso sufra más derrotas. Es usted Gobernador, Alcalde o se desempeña en algún otro cargo de elección popular, pues renuncie a su designación de Delegado al Congreso Extraordinario, ¿Cuál es el temor, al no participar?, déle cabida a las verdaderas bases, tenga dignidad y sea ADMIRABLE, el Líder Presidente ya se los pidió y ustedes como si nada.

Una persona es ADMIRABLE cuando ejecuta actos que lo distinguen, en otras palabras, cuando es digno de admiración, y eso se logra teniendo dignidad, y actuando con probidad.

Vamos todos pues, a ser ADMIRABLES, La Patria lo reclama, lo que ella nos pide es muy poco y lo que está en juego es mucho.

viernes, 15 de enero de 2010

NARRATIVA COJEDEÑA: CRISANTO DE JOSÉ DANIEL SUAREZ HERMOSO



Deambulaba Encarnación Contreras en la plazoleta menuda de su barrio, ingeniándoselas para salir al paso de una nueva interferencia, nunca quiso ser como fueron con él, criado por su abuela materna desde su nacimiento, en un bosque cualquiera del llano de Crisanto. Sus palabras fluían en dos mundos, uno imaginario y otro real. Golpeaba su huesudo pecho para secarse las ansias de pobreza que agobiaba su camino y se interrogaba. (De cambiar esta maldita vida; Irene, los niños, Caracas...) Pensaba y pensaba, pero fue la urbe quien le mostró la otra cara de la moneda, algunas extrañas para él. Ahora dependía exclusivamente de la generosidad de Rauseo Linares, persona predominante del Barrio Cementerio y dueño del destino de centenares de personas.
Nacieron en la misma población y tenerlo de compadre ofrecía sus ventajas. (Compadre, vengo para que me ayude. Yo sabía que no me fallaría, es usted un santo. ¿Que no me va a prestar plata, y cómo quiere que viva?). Y entonces Encarnación Contreras se introdujo en el mundo mágico de su compadre, Don Rauseo Linares.
Desde ese mismo día de su unión, tomó su vida un cambio vertiginoso, tan diferente que la gente comenzó a llamarles La Corte India. Desaparecieron sin dejar rastro, pasaron a un plano más elevado, debido a sus estudios sobre la vida y la muerte. (Compadre, repítame eso de los espíritus, no comprendo nada. Lo que debo hacer es leer y tener asesor. Bueno, yo cuento con usted). Crisanto era un pueblo, o mejor dicho, un punto perdido en la inmensidad de la llanura, corroído por lo antiguo y lleno de los más enigmáticos misterios. Una tarde de invierno, cuando el crepúsculo lejano se internaba entre las espesas y oscuras mantas de la noche, Encarnación Contreras, ataviado de batas coloridas y puras hacía su llegada. Su vida había dado un vuelco completo, como lo quiso.

Y desde ahora se enfrentaba a un reto insalvable, revivir las creencias perdidas del evangelio. (Compadre, llevo un mes practicando, quiero comenzar ahora, he ampliado mis conocimientos y es nuevo mi vocabulario, estoy preparado para ser santo, porque eso se aprende ¿verdad?).

Calienta la estrella dorada el lento camino del ciempiés humano. A lo lejos del follaje, escondido entre las plantas y árboles antiguos, se yergue majestuoso ante los adoradores e inocentes el Imperio de Hecheman, “El Brujo de Crisanto”, creador de los imperios de los dominios de Dios e hijo de los sublimes poderes celestiales. “¿Qué tiene la hermana?, diabetes, esa es una pequeñez para el supremo poder de Dios, el de los cielos, quien ha dejado en mis manos el poder curativo de los males. Zaaas, sal de aquí Satanás, te lo ordena Hecheman y deja la vida de la hermana en paz, soy el creador de los imperios del señor. “Y así por arte de la persuasión otro creyente era liberado del padecimiento. Las personas curadas por él semejaban en cantidad al mismo Monte Everest, creciendo su fama en cada rincón del Universo. Los fieles dejaban una limosna en la pequeña gran caja, para honrar la memoria de Dios. (¡Que pueblo más bello éste, compadre!, es el predilecto para nuestra misión, creo que triunfaremos; bueno, usted no ha creído en derrotas; deme fuerzas para salvar todo tipo de inconvenientes y así aguantar esta nueva etapa en mi existencia. Me sentiría mejor si Irene y los niños estuvieran conmigo, pero no importa sé que debo mantenerme soltero, los Dioses son puros y no se unen en matrimonio con mortales y desde hoy seré inmortal, por la gloria del señor: De todas formas serán muchos los días que estaré alejado de ellos y me duele hacerlo. El pequeño Rauseo, el que Irene y yo, luego de estar pensando tanto en Dios y usted, que son la misma persona, decidimos ponerle su nombre. Casi no pude verlo, y si no regresamos en mucho tiempo, quizás cuando lo haga no quiera reconocerme como su padre). “Tienen que creer en Dios...” Y con estas palabras se introducía en el fantástico mundo sagrado. Las personas del campo y la ciudad así como los extranjeros, cegaban sus ojos tras las palabras de Hecheman “El Brujo de Crisanto”. La estrella dorada restregaba sus lanzas sobre pieles curtidas de los árboles humanos, y el sofocante viento se esparce con su colorido transparente a través del espacio de puntos lejanos. Fuerte y amargo el camino de la muralla humanizada extendida desde Crisanto hasta la lejanísima población de Pariaguán. Solamente el principio y el fin de los pueblos.


Mil setecientas cincuenta y ocho leguas de cariño; el animal viviente nunca imaginado por creyente alguno, bañaba los estados llaneros. Era como si la muerte los azotara a todos. Millones de personas confiaban sólo en el hombre emisario de la eternidad, podía hurgar entre sus males y saltar a flote de sus ojos la curación milagrosa.

El día de su arribo, Crisanto se debatía entre la vida y la muerte, y los fantasmas del pasado seguían rondando los escondrijos de la que fue la casa de Raimundo Linares y Manuela, la hija de una esclava que llegó junto a su madre en una barcaza de paletas al mando del pirata Watson, vino al Caribe en busca de fortuna y un error de cálculo lo hizo internarse en pleno llano. Cuentan los que aún viven, que en noches de eterna oscuridad, el horizonte dormido deja ver la embarcación como una aparición, para marcar con el signo de la muerte quien ose mirarla. Manuela le invitó a salir del pueblo y olvidarlo todo, pero el amor a la aventura la obliga a seguir conociendo el por qué de ellos eran los descendientes más jóvenes de Crisanto. En aquellos lejanos años, cuando la gente viajaba por caminos pedregosos y los senderos eran escasos, llegó a Crisanto un ventarrón llevándose a las mujeres en su cola, sólo los niños y hombres ancianos hoy, se quedaron para echar el cuento recostados de las paredes de las casas derruidas, a la puerta de un nuevo huracán mayor, que se los lleve con sus recuerdos. Por esos días hicieron su aparición a Crisanto, seguida de fiestas y placeres, para engalanar la llegada del hombre supremo. Un pueblo olvidado por el Coronel Martinica, que junto a sus zagaletones se lo entregó a las fuerzas del gobierno conformándose con hacer la guerra en otros lugares menos peligrosos. El baúl estaba por reventar de lo pesado y era sustituido por uno nuevo, para ser arrojadas en él, las monedas para honrar la memoria de Dios, no importa como se roba, si es por una causa justa. Hecheman “El Brujo de Crisanto” era el señor en potencia convertido hombre para el beneficio de sus hijos, ni el Coronel Martínica, de estar por ahí, le hubiera hecho la guerra. La oscuridad era bañada por escasas estrellas: Parecían monedas arrojadas al espacio, pero ella no cansaba a Hecheman, durante meses curó males sin descanso. Dicen sus devotos que el culto creció desmesuradamente: fue necesario eregir estatuas en su nombre, se imprimieron calcomanías, franelas, llaveros y el Gobierno para calmar la euforia colectiva, editó una estampilla de cien bolívares, condecorándolo, además, con la Orden del Gran Mariscal Patriota. Un grupo de personas curadas por él, fundaron un pueblo a pocos kilómetros de Crisanto bajo el más enigmático de los credos. Argumentan también quienes se encargaron de recordarles, y de escribir sus supuestas memorias, que un intruso no creyente de poder sobre la vida y la muerte, trató de bufarlo, haciéndose pasar por un lisiado. Hecheman indignado con él, lo mantuvo por espacio de tres días en una muerte absoluta, demostrando su privilegio mando. Desde ese mismo día, es el encargado de dar noticia a cada milagro, con una inmensa campana de plata atada a su velludo pecho.

Haciéndola sonar con amor desbordante, glorificando la imagen de su amo. Alejando los burlones así para siempre de sus dominios. Nadie llegó jamás a dudar de su suprema autoridad entre los Dioses. (Compadre, es usted vividor aunque trate de ocultármelo. Ya sé que se debe su triunfo en el destino de los demás). Rauseo Linares “El Conde Ranchero”, no conocía su propio origen, confundía si provenía de Crisanto o de un pueblo más hostil. A diferencia de Encarnación Contreras, él fue criado por sus padres Raimundo Linares y Manuela, quien le dejó como única herencia, un crucifijo de esclavo que le guiaría en sus propósitos. Lo de Rauseo proviene de su abuelo. Guerrero incansable en las luchas emancipadoras; la más importante donde fue condecorado al dar muerte al Gran General de la Revolución. Aunque los historiadores pretenden hacer creer este pasaje de la historia como hecho por un oscuro sacerdote de quien no se supo su nombre. Al pie de una iglesia, cuando las tropas tomaban el pueblo por sorpresa. Rauseo Linares le latía el corazón como trote de caballo, sus escasos vellos se le erizaron y más por el miedo que su heroísmo, su arma se disparó en un blanco certero que instantáneamente segó la vida del líder invencible en la suerte de las armas. A la llegada de los soldados, los cascos se hundían fieramente contra el duro y seco suelo levantando una polvadera que cegaba a todos. Se estremecieron las paredes y los diversos jefes militares desaparecieron por uno de los túneles que comunicaban el pueblo hasta las afueras del Mundo; Rauseo Linares atentó a la desesperación colectiva de vivir en la ciudad feliz se le ocurrió la idea de crear una urbanización de ranchos y depender del alquiler de ellos. Ya Hecheman no se interesaba por estos asuntos. Rauseo Linares con su cuerpo sudoroso se dedicaba a tiempo completo a sus nuevas tareas divinas. La piel blanca y tostada por el sol, el miedo igualmente triste se repetía como una herencia incurable.

Trataba de lograr en Crisanto el éxito de su abuelo, ser el nuevo caudillo; su crucifijo de esclavo reflejaba la luz del cielo como una estrella de triunfo. Años después todos se preguntaron si Hecheman “El Brujo de Crisanto” fue Rauseo Linares o su compadre Encarnación Contreras, la diversidad de trabas e inventos para llegar a donde se atrevieron se le deben a él. En su hermetismo se conocía más la vida de los hombres que la suya. (Compadre, esa gente se cree las palabras que digo, es algo arriesgado, no piensa usted, claro Hecheman el supremo, nos protege. Los creyentes no vieron mal a Hecheman, según las escrituras, lo enviaron para cuidar los hijos del señor del infierno creado por los hombres de poco credo.

Encarnación Contreras perdió para siempre su identidad en Supremo de cuerpo y alma en la tierra. Rauseo Linares lo preparó todo tan bien conociéndose a todos los santos buenos y malos entremezclándolos en una nueva religión la más renovada y fresca, atrapando a propios y extraños. Se sentía un verdadero conocedor de hechicería y sus recetas las vendía él. De paso sus entradas eran dobles.

Su imperio se hizo indestructible. (María Lionza es la verdadera reina de los cielos, ella vendrá en pocos días a unirse en matrimonio con Hecheman, su Dios). Y fue creado el matrimonio de Hecheman y María Lionza, siendo cortejado por una legión de treinta Cardenales, más de cien Arzobispos y Obispos del mundo entero, Rabinos, Chamanes y representantes de todas las religiones del Universo.

El Papa vino invitado especialmente para oficiar la ceremonia. Hasta aquel grado llegó el atrevimiento de ambos. Mandó en la vida de las personas que osaron pedir su ayuda en la verde cara del pueblo.

(Compadre, se nos está poniendo largo el regreso). Y se hizo largo, los años se fueron y Encarnación Contreras no pudo conocer la otra cara de la vida, Crisanto se envolvió en ellos para siempre
.
(Cortesía de Isaías Medina López)

lunes, 4 de enero de 2010

La fotografía como pasión crítica. (Por Carlos Yusti)

Yuri Valecillo es un fotógrafo valenciano, residenciado en México, que ha intentado convertir la fotografía en un discurso inusitado e impregnado a su vez de una convincente y equilibrada estética, que por lo demás rehuye, de manera deliberada, la imagen adulcorada, manipulada y maniquea en aras de la foto desnuda que mezcle depurada técnica, azar y controversia. 

La fotografía más que una rutinaria operación mecánica en Yuri posee la virtud de constituir una toma de posición ante la vida que pasa delante de su lente, con sus miserias y sus metáforas. Trata de captar lo que sucede en su entorno sin ningún apego a la retórica esteticista. Busca el otra lado de a moneda de la imagen. Sus fotos se pasean por el individuo, cualquiera sea su contexto vivencial: obreros en huelga, procesiones religiosas, mendigos, guerrilleros. Más que imágenes comunes, o manidas, procura capturar pedazos de una poética que convive a diario con nosotros y que no logramos percibir debido a las urgencias personales de cada cual.

Yuri Valecillo ha realizado varias exposiciones un tanto inusuales. En una oportunidad sobre dos andamios de aproximadamente un metro cada uno, monto sus fotografías, de gran formato, al aire libre. De esta manera no sólo los invitados a la muestras participaban, sino que los transeúntes se detenían y se sumaban al vernissage convirtiendo aquello en un jolgorio de proclamas, burlas y discursos en torno a las fotos y sus marcadas imágenes políticas. En otra oportunidad colocó sus fotos como indican las normas expositivas, en decir en la pared. No obstante colocó una gran cantidad de sus fotos, de distintos tamaños, en el piso cubriéndolo en su totalidad. Cuando los espectadores recorrían la exposición inevitablemente tenían que pisar las fotos extendidas en el piso como una alfombra, lo que causaba una gran incomodidad. Otra de sus exposiciones estaba conformada por fotos de gran formato con una imagen especifica, o central, dentro de esta foto había cuatro fotos, en un extremo, de mediano formato. Las imágenes de las fotografías pequeñas eran una antípoda de la imagen principal. Por ejemplo había una fotografía donde la imagen principal era un caballo muerto en plena vía pública. Las fotos pequeñas mostraban una manifestación en pro de los animales, otro mostraba un desfile de moda con abrigos de animales, otra representaba a un domador de tigres.

Yuri en más de una ocasión me ha comentado que el antes de considerarse artista de la fotografía, prefiere ser catalogado como un reportero gráfico, con más estudiado tacto para captar con delicadeza estética una imagen. Y en cierta medida Yuri es más un cronista de lo humano que un artista apostado en el subsidio cultural para hacer fotos estéticamente vacías y amordazadas. Sus fotos gritan. Presentan el espacio urbano como un desgarrón. Hacen del hombre una estética sin grandilocuencia, pero con impecable sensibilidad.

Conozco a Yuri desde hace bastante tiempo. No tenía yo por aquellos día ningún apetito por escribir. Más bien quería beber y hablar de literatura. Creo que Yuri, por supuesto, tampoco hacía fotos y como buen abstemio sólo quería ser militante político. En ese trance de su militancia masista lo conocí. Me enseñó a preparar niples, molotovs y a escribir panfletos. Yo por mi parte le enseñé a ser menos ortodoxo (leía sólo literatura marxista) y a disfrutar un poco más de la vida, de los bares y de las putas. Desde entonces cada quien anda en lo suyo: el haciendo fotos por todo Latinoamérica y yo escribiendo diatribas de lo humano y lo divino. Yuri, al igual que yo, ha ido aprendiendo el arte de la fotografía en la calle y en los libros. Su trayectoria fotográfica no ha sido fácil. Estuvo en París y más que estudiar fotografía la hizo de mochilero sin brújula. Estuvo vagando por museos, bibliotecas y cualquier centro cultural aprendiendo, barnizándose los sentidos y el corazón con mucha lectura y mucho arte visto y vivido. Ha obtenido algunos premios importantes.

En la actualidad apoya con su trabajo al Fondo Editorial Predios. Viene regularmente al país y siempre trae un proyecto entre ceja y ceja. De espíritu hiperquinético no puede dejar la foto y la vida para después necesita registrarlo todo, laminarlo todo en una foto y vivir con un desafuero noctívago incansable. Está preparando en la actualidad una exposición que tiene el titulo provisional de "La herida urbana". Estuvo hace poco en la gran caravana organizada por el subcomandante Marcos. Le he preguntado que aprendió en el "Zapatour". Yuri me respondió de manera seca y lapidaria: "El "zapatour" no fue nada importante. Fue un viaje en autobús con mucho calor, españoles e italianos domesticados de ideologías revolucionarias. No fue como cruzar los Andes con Bolívar. Nada que ver con la marcha de la sal realizada por Gandhi, ni con la gran marcha China, ni que ver con cruzar el Ebro en la guerra civil española. No fue un acto político trascendente, se quedó en el espectáculo mediático y en verdad era una caótica aglomeración de personas donde veías gentes con discursos ligeros, con los demonios de la fe a cuestas y la exquisitez de la incapacidad sobre sus hombros. La marcha fue eso: un tour turístico pintoresco. La experiencia: que esto de marchar es bueno más para salud individual que para resolver el problema de los indígenas".

Yuri ha recorrido todo Latinoamérica. Ha hecho fotos en los sitios más insólitos. A este respecto ha dicho sin ambages: "De viajar por todo Centroamérica he sacado en limpio algunas cosas. Que esos países son lo mismos. Que el hambre es una maldición y que Shakespeare tenía razón cuando aseguraba que todas las bajezas humanas eran universales". En otra oportunidad Yuri expresó: "La foto no es para mí un medio, ni siquiera un arte es más bien una pasión, pero una pasión crítica, una pasión sin ataduras ni afeites. Me interesa el mundo no como un todo, sino como un fragmento, como un pequeño trozo al que es necesario congelar en una imagen. Indago con la imagen, busco con cualquier imagen la metáfora oculta de ese todo que es el mundo y que yo resuelvo y poetizo en ese breve instante en el que acciono mi cámara."